La pelea por un lugar
en la delantera está dura, pero a Palacio no lo asustan los nombres. "Recuperé
algo de la confianza que había perdido y ahora quiero salir adelante", dice. Se
embaló...
"¿En serio el Chelo dijo eso?".
Rodrigo Palacio
sonríe como si fuera Navidad y el regalo más grande fuese para él. Al delantero
todavía le cuesta sentirse él mismo de nuevo, encontrarse otra vez dueño de sus
gambetas y de su polenta y talento para encarar hasta al más bravo marcador.
Repite el gol ante Argentinos en su cabeza, ese grito en el que explotó más que
su voz, los ojos cerrados, los puños haciendo fuerza, y ese lugarcito que
comenzó a ganarse el domingo, el que había perdido después del partido de ida
ante el Once Caldas y que será suyo ante Gimnasia... Y la frase de Marcelo
Delgado ("Yo lo pondría de titular aunque tuviera que salir yo") le devuelve aun
más esa felicidad que, creía, se había olvidado su dirección.
—¿Cómo te cayó que el Chelo dijera que tenías que
jugar?
—Me pone muy contento que el Chelo diga eso. Acá todos
sabemos que cualquiera puede jugar porque los delanteros somos muy parejos y nos
llevamos muy bien entre todos. El que entra a la cancha siempre va a tratar de
hacer lo mejor. Y los que estemos afuera apoyaremos al que le toque
jugar.
No hay caso, la humildad lo excede. Le cuesta hacerse un lugar en
este equipo más allá de que él haya respondido cada vez que le tocó sumarse, al
menos en este Apertura. Convirtió en el debut ante los jujeños, fue figura ante
Lanús y después no estuvo ni en el banco ante Instituto ni San Lorenzo. Pero él
lo acepta, no porque sea sumiso sino porque está de acuerdo con la decisión de
Alfio Basile y sabe cómo son las reglas de convivencia en un plantel lleno de
estrellas. Palacio siente que aún no alcanzó su mejor fútbol, que todavía no se
reencontró con aquél que brilló en Banfield. Y se anima a hacer la autocrítica
más feroz: "Nunca le fui a pedir explicaciones a Basile. El tendrá sus motivos,
yo los sé... Sé que no venía jugando bien, que no estaba bien, y por eso me sacó
y nunca se lo recriminé", aclara.
—¿Esta fue una
semana diferente para vos?
—Ja, que sé yo. Estuve más contento
porque me había tocado jugar, pude hacer un gol, que hacía rato que no podía
meter uno... Y nada más... Con mucha alegría.
—Te
descargaste en el grito...
—Sí, tenía ganas de gritarlo así más
que nada porque las cosas no me venían saliendo y ese gol al final sirvió para
poder ganar.
—¿Por qué decís que no venías bien?
Hiciste goles, fuiste figura en algunos partidos...
—No es que
anduve mal los primeros partidos, pero sé que puedo andar mejor. Por ahí
cuando recién llegué andaba mejor y comparado con esos partidos digo que jugué
mal, aunque quizás es cierto que no lo hice tan mal... —Sos un poco exigente, ¿no? —Ja, es verdad. Por ahí me
hubiese gustado jugar mucho mejor en los primeros partidos de este
campeonato. —¿Y qué es lo que te falta? —Por
ahí agarrar más confianza y tener más fe en mí mismo, porque por ahí cuando
agarro la pelota... Antes yo me caracterizaba por encarar no bien recibía, y por
más que la perdiera le daba para adelante. Y quizás ahora la toco para atrás, no
tengo esa confianza. Pero creo que de a poco la voy a ir recuperando y sé que
voy a andar bien. —¿Te falta confianza o sentís la
obligación de tener que tocar hacia los costados? —No, eso no, nada
que ver. Si he jugado muy buenos partidos con Martín (Palermo) y tocando la
pelota con todos, para los costados, buscando a otros delanteros... No es eso,
no sé cómo explicarlo... Quizás la agarraba y en vez de tratar de hacer una
gambeta, encarar para adelante o tirar el centro, pensaba primero en dársela al
compañero que estaba más cerca. Que sé yo, para no perderla o algo de
eso... Dicen que la fe mueve montañas. Y para el bahiense de 24 años, también
mete goles. Y le devuelve la titularidad soñada, la que necesita para
recuperarse. —¿Y por qué perdiste la
confianza? —Por ahí yo antes estaba acostumbrado a jugar todos los
partidos, pero no creo que eso haya influido en mi rendimiento... Acá es muy
difícil, somos jugadores buenos y parejos. A mí de repente me toca pelear el
puesto con jugadores como el Chelo Delgado, Guillermo Barros Schelotto y si uno
anda mal, el técnico tiene a otros para poner... —¿Te
pesa la chapa de los dos? —No, no me pesa la chapa de ellos. Al
contrario. Estoy contento de tener jugadores así a mi lado. No me importa lo que
digan. La verdad es que se lo merecen también porque conmigo se han portado 10
puntos. Tanto con el Chelo como con Guille, con quienes compartimos la pelea por
el puesto, siempre fue una lucha sana, siempre me alentaron. Guille siempre me
habló mucho, y con el Chelo tenemos una buena relación. Yo estoy contento de
compartir el plantel con ellos, más allá del que le toque jugar. —Pero en algún lado tiene que estar esa confianza que te hace
pensar que vas a terminar como titular... —Je, eso se verá... Si puedo
afianzarme, y el tiempo que me toque jugar puedo andar bien, quizás el día de
mañana pueda ser titular... Pero acá es difícil, no hay nadie que lo sea, somos
muchos jugadores y cualquiera puede estar. —¿Y eso te
juega en contra? —No, qué sé yo... —Porque
decís que en Banfield jugabas todos los partidos... —No es que jugaba,
me tocaba jugar... Quizás pasaba que, aun estando mal, igual después me tocaba
jugar. También en Banfield podría haber sido suplente, lo que pasa es que andaba
bien... —¿Y qué puntaje le ponés a tu nivel
actual? —Recuperé la confianza, o al menos algo de la que había
perdido en el último tiempo... Y ahora tengo muchas ganas de salir adelante y
empezar a jugar bien. No sé en qué puntaje estaré, eso pónganlo ustedes, je.
Pero sé que quiero recuperarme. —¿Estás recuperando lo
que creías olvidado? —Sí, el otro día me fui contento con mi
rendimiento, volví a hacer esas cosas que hacía antes. No sé si es que me había
olvidado, pero había veces que me decía: "¿Cómo puedo jugar tan mal?". Por ahí
pensaba: "¿Cómo puedo perder esta pelota si antes no la perdía?". Pero ahora
estoy bien, creo que se ha formado un grupo muy lindo y tengo muchas ganas de
salir adelante para darle alegrías a la gente de Boca. —El gol fue a lo Palacio... —Sí, es verdad, porque me
animé a encarar en el área. Igual, intenté buscar la pared con Palermo que
estaba cerca, pero rebotó y decidí definirlo yo. La verdad es que ese gol me
hizo muy bien, porque me sirvió para tomar confianza. Ojalá que siga así...
Webmaster BOCAMPEONWEB |